El peso sobre los hombros de los líderes empresariales
En los primeros acercamientos con CEOs y gerentes de nuestras compañías clientes, generalmente surgen preguntas interesantes sobre los desafíos que enfrentan. Pero, en su mayoría, estos líderes expresan una preocupación común: sienten que llevan un gran peso sobre sus hombros. Son plenamente conscientes del potencial que tienen en sus manos, ya que son ellos quienes toman las decisiones que pueden hacer realidad ese potencial. Sin embargo, también temen que cualquier error o fallo en su desempeño pueda arruinarlo todo.
Mantener el enfoque y preservar la esencia
Algunos directivos exitosos se preguntan si, al mantenerse enfocados en sus objetivos, están dejando escapar oportunidades que podrían generar más beneficios económicos. Por otro lado, aquellos que han experimentado un rápido crecimiento gracias a diversas oportunidades se cuestionan si están perdiendo su esencia en el proceso.
El verdadero rol de un CEO exitoso
Entonces, la pregunta es: ¿cómo podemos evaluar si un CEO está desempeñando bien su trabajo? Para responder a esta interrogante, primero debemos comprender cuál es la esencia de su labor. En base a mi experiencia, no tengo duda de que el verdadero rol de un CEO es ser el estratega de la compañía, alguien capaz de equilibrar la ejecución efectiva del presente mientras construye las capacidades necesarias para el futuro.
El papel de la planeación estratégica
En pos de establecer un plan que guíe a la organización a largo plazo, muchas compañías llevan a cabo un proceso conocido como planeación estratégica cada ciertos años. Aquellas más cautelosas también revisan su estrategia anualmente. Para alcanzar la tan anhelada estrategia, se utilizan una variedad de herramientas, algunas de las cuales mencionaré a continuación.
Análisis DOFA o FODA: maximizando oportunidades y minimizando amenazas
Una de las herramientas más comunes es el Análisis DOFA o FODA. Esta herramienta consiste en identificar las debilidades, oportunidades, fortalezas y amenazas de la empresa, y luego desarrollar estrategias para aprovechar las oportunidades, explotar las fortalezas, minimizar las debilidades y evitar las amenazas. Algunas compañías llevan este análisis un paso más allá y crean una matriz DOFA, donde cruzan los aspectos internos y externos de la organización para plantear iniciativas estratégicas.
Análisis PESTEL: considerando el entorno externo
Otra herramienta ampliamente utilizada es el Análisis PESTEL, el cual nos recuerda considerar el entorno político, económico, social, tecnológico, ambiental y legal en nuestro proceso de planeación estratégica.
Matriz BCG: clasificando los productos de la compañía
La Matriz del Boston Consulting Group (BCG) es otra herramienta valiosa para la toma de decisiones estratégicas. Esta matriz clasifica los productos de la compañía en 4 cuadrantes: Vaca, Perro, Estrella e Interrogante. Sirve para determinar en qué productos invertir y cuáles abandonar, según el crecimiento del mercado y la participación de la compañía en ese mercado.
El verdadero desafío: ejecutar la estrategia
Si bien existen muchas otras herramientas, como el modelo CANVAS, es importante destacar que las escuelas de negocios se enfocan principalmente en enseñar estrategia, dejando de lado la importancia de su ejecución y el papel y las habilidades del estratega. En un mundo en constante cambio y aceleración como el que vivimos, los supuestos en los que se basó la planeación estratégica pueden volverse obsoletos rápidamente, lo que nos lleva a la necesidad de adoptar un ciclo continuo de pensamiento estratégico.
El ciclo de pensamiento estratégico
El pensamiento estratégico puede ser visto como un ciclo de 4 etapas: Observar, Escoger, Alinear y Ejecutar. Sin embargo, es importante recordar que este ciclo es infinito, y por lo tanto, es necesario volver a observar constantemente.
Elementos clave para un pensamiento estratégico efectivo
Para llevar a cabo este proceso de pensamiento estratégico de la mejor manera posible, sugiero considerar tres elementos clave:
1) Fomentar una actitud de aprendizaje en toda la organización, donde el conocimiento y la mejora continua sean valorados.
2) Implementar un sistema de medición y retroalimentación que brinde información a todas las personas responsables de la ejecución de la estrategia.
3) Establecer una disciplina de reuniones periódicas para analizar los resultados obtenidos y los cambios en el entorno, y así poder adaptar la estrategia cuando sea necesario.
De la planeación anual a la gestión estratégica continua
En resumen, invito a las empresas a dejar de lado el ritual de la planeación estratégica anual y adoptar un Sistema de Gestión de la Estrategia que permita pensar de forma permanente en la estrategia. Solo a través de un enfoque estratégico constante y adaptativo podemos asegurar el éxito a largo plazo en un entorno empresarial tan dinámico.